El gaucho es un personaje de la pampa argentina que
se ha convertido en un mito de la literatura hispánica, allí esa figura tiene tanta importancia como para nosotros la Celestina, Don Quijote o Lázaro. En su origen toda su
literatura era poesía oral, recitada y cantada, por lo tanto muchos de los
temas eran populares y folklóricos. Es una figura que podemos identificar con
el vaquero, eran semi-nómadas, eran portavoces del pueblo, querían luchar
contra las injusticias y animaban a la independencia a sus compatriotas. Surge
de las exigencias de América (territorio argentino, más exactamente) y su
carácter y forma de vestir se van modificando ante los cambios producidos por
las formas de vida de los colonizadores.
Borges es un escritor argentino nacido en Buenos Aires y a pesar de que su literatura no se caracteriza por lo tradicional, sino todo lo contrario, en algunos cuentos podremos ver
esta raíz rústica cuando utiliza un estilo directo en sus cuentos para poner
las palabras en boca de sus protagonistas; así también nos mostrará que estos gauchos son gente del pueblo
llano cuyo lenguaje no es el de una persona culta de ciudad, son individuos
desprovistos de cultura y ajenos a la urbe.
Lee este texto atípico,
mezcla de poesía y prosa titulado “El gaucho” e introducido en el libro Elogio de la sombra de Borges:
Quién les hubiera dicho que sus mayores vinieron por un mar, quién les
hubiera dicho lo que son un mar y sus aguas.
Mestizos de la sangre del hombre blanco, lo tuvieron en poco, mestizos de
la sangre del hombre rojo, fueron sus enemigos.
Muchos no habrán oído jamás la palabra gaucho, o la habrán oído como una
injuria.
Aprendieron los caminos de las estrellas, los hábitos del aire y del pájaro,
las profecías de las nubes del Sur y de la luna con un cerco.
Fueron pastores de la hacienda brava, firmes en el caballo del desierto
que habían domado esa mañana, enlazadores, marcadores, troperos, capataces,
hombres de la partida policial, alguna vez matreros; alguno, el escuchado, fue
el payador.
Cantaba sin premura, porque el alba tarda en clarear, y no alzaba la voz.
Había peones tigreros; amparado en el poncho el brazo izquierdo, el
derecho sumía el cuchillo en el vientre del animal, abalanzado y alto.
El diálogo pausado, el mate y el naipe fueron las formas de su tiempo.
A diferencia de otros campesinos, eran capaces de ironía.
Eran sufridos, castos y pobres. La hospitalidad fue su fiesta.
Alguna noche los perdió el pendenciero alcohol de los sábados.
Morían y mataban con inocencia.
No eran devotos, fuera de alguna oscura superstición, pero la dura vida
les enseño el culto del coraje.
Hombres de la ciudad les fabricaron un dialecto y una poesía de metáforas
rústicas.
Ciertamente no fueron aventureros, pero un arreo los llevaba muy lejos y
más lejos las guerras.
No dieron a la historia un sólo caudillo. Fueron hombres de López, de
Ramírez, de Artigas, de Quiroga, de Bustos, de Pedro Campbell, de Rosas, de
Urquiza, de aquel Ricardo López Jordán que hizo matar a Urquiza, de Peñaloza y
de Saravia.
No murieron por esa cosa abstracta, la patria, sino por un patrón casual,
una ira o por la invitación de un peligro.
Su ceniza está perdida en remotas regiones del continente, en repúblicas
de cuya historia nada supieron, en campos de batalla, hoy famosos.
Hilario Ascasubi los vio cantando y combatiendo.
Vivieron su destino como en un sueño, sin saber quiénes eran o qué eran.
Tal vez lo mismo nos ocurre a nosotros.
1-¿Cómo
son los gauchos?
2-¿Qué
visión tiene Borges de ellos?
Observa este cuento de Borges titulado “El Sur” , fíjate en cómo se describe al gaucho y qué importancia tiene
en el relato.
1 ¿El protagonista es el
héroe valiente que veíamos en los otros cuentos?
2- ¿Por qué tiene
relación con los gauchos?
3-¿Hay una evolución en
el personaje?
4-En el primer párrafo se
hace referencia al Martín Ferro, investiga qué es.
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